jueves, 25 de noviembre de 2010

capitulo 15

















































Esa mañana les han puesto muchos deberes.
--¡no me dará tiempo a hacer nada más en toda la tarde¡ --se queja Fer.
David está contento porque así tendrá la excusa perfecta para estar toda la tarde en el centro de internet. Y así lo hace. Tanto en frente de él como al lado tiene a chicos marroquíes. No son guapos pero sí son amigos de Soufiane lo que hace que el árabe pase justo por detrás de David para saludar a un amigo. Se le ven muchos los calzoncillos. David está muy cachondo.
--¡me encanta¡ ¡me encanta¡ --murmura.
El guapísimo árabe lleva una camiseta ceñida sin mangas. Y unos auriculares por dentro de la camiseta.
--¡quien fuera auriculares¡ --piensa David.
David no deja de mirar a Soufiane cuando esté vuelve a su sitio.
--¡Este tío está muy bueno¡
Desde su sitio, Soufiane se aparta un poco de la mesa. Estira los brazos y se los lleva a detrás de la nuca dejando al descubierto ambas axilas.
--¡menudo espectáculo¡ --murmura David.
David no se las ve porque no está delante y eso algo que lamenta. Ya se pone cachondo imaginándose pues si llega a estar delante y le ve las axilas enferma. David se levanta. Pasa por delante de Soufiane. En ese momento el árabe baja un brazo pero queda el otro lo que ya le es suficiente a David. Soufiane mira a de reojo a David. David procura no ser descarado pero el marroquí lo tiene hechizado. No le saca los ojos de encima. Soufiane lleva puesta la gorra que se saca y se pone.
--¡me encanta¡ --David.
La piel oscura de Soufiane pone bien cachondo a David.
--¡Daría lo que fuera por tirármelo¡
Soufiane no tarde en irse y no va al lavabo.
--¡qué rabia¡ --piensa David.
Está frustrado y cachondo. Ve a un chico árabe de unos 20 años yendo al lavabo. No es ninguno de los que le gusta. No es guapo pero es marroquí y sólo con eso ya le vale. Está muy separado pero la mano con la que se le agarra no permite vérsela del todo pero le parece grandecita, de unos 8 cms. Le hubiera gustado vérsela mejor aunque lo que más le hubiera gustado es tenerla en la boca.

( Colaboración especial de Abdelhamid El Kaoutari)

David vuelve a su casa en la noche. Al volver a casa se encuentra con otro árabe. Es de su barrio, uno que siempre le ha gustado mucho. Está muy bueno pero ahora se ve envejecido, enfermizo. Tipo por drogas.
--igual sigue estando guapo¡ --piensa David.
Van sin afeitar. Lleva vaqueros. Se le ve un culo pequeño.
--¡me gusta su culo¡
Conoce a este marroquí desde hace mucho, siempre le ha gustado. Es mayor que él pero ahora hay otros muchos que le gustan más. Un amigo lo saluda. El árabe que le gusta a David se llama Abderrahim, un nombre imposible de entender para David.


Mientras va llegando a su casa ve a otros de los árabes que le gustan de hace mucho.
--¡es el moha¡ ¡¡cada día está más bueno¡
Lo ve sólo de espalda pero
--¡qué espalda¡
Estos dos árabes le gustan desde que he pequeño. De hecho es por ellos que descubrió lo mucho que le gusta los marroquíes. Acostarse con uno de los dos es su asignatura pendiente.


Está llegando a su casa, lo hace contento.
--¡he tenido una buena tarde¡
Al cruzar la esquina, ya llegando a su casa, se encuentra con un chico árabe. De su edad más o menos pero que va sin camisa.
--¡madre mía si aún no hace calor¡ --piensa.
Le sorprende que vaya sin camisa pero le encanta. Se vuelve loco con el tierno pecho del chico. Casi se le tira encima por accidente pero tiene que hacer un esfuerzo por no tirarse encima de él en serio.


Ya va a entrar a su casa y justo ve al chico al que le ha visto el pene. No le gusta y ya se había olvidado de él pero le ha hecho gracia verlo. Le ha gustado su verga. Ya es la segunda.
--¡a la tercera va la vencida¡
Entra en su cuarto, en una libreta anotó todo lo referente a la verga árabe que vio días atrás y ahora hace lo mismo.
--¡si no me como ninguna almenos que vea unas cuentas y pueda hacer una colección en mi libreta¡ --dice para sí.

Sus vecinos del edificio de al lado se están duchando. David siente una fuerte inclinación hacia los marroquíes pero es que en su barrio además hay muchísimos. En el edificio de al lado han entrado unos cuantos chicos nuevos compartiendo piso en el primero. No los conoce pero los oye. Su habitación da a los lavabos del edificio de al lado. No se lo puede creer. Por lo que oye son varios chicos y se están duchando todos juntos. Oye la ducha por largo rato y gritos de muchos hombres. Parecen muchos y se los imagina desnudos ¡y guapísimos¡ es algo que le pone cachondo. Sentado en su escritorio, casi sin darse cuenta, empieza a masturbarse mientras escucha a sus nuevos vecinos ducharse. Los escucha hablar. Le excita que están desnudos uno frente al otro.
--¡cómo me gustaría estar ahí¡ --piensa.
Sus voces (no entiende lo que dice) les parece sexy y varoniles. No los ha visto nunca porque recién están llegando pero se los imagina muy guapos. A David le excita mucho imaginarse a un hombre desnudo en la ducha y a otro mirando. Esto es lo que está oyendo. No se lo puede creer. El espectáculo lo calienta mucho y no su mano no tarda en quedarse manchada de semen. Mientras se limpia, David sigue escuchando a sus vecinos. Daría lo que fuera por poder mirar por un agujero. Tarda mucho en apagarse la ducha.
--¡David, ve a tirar la basura¡ --le grita la madre.
--¡ya voy, mama¡
Es algo que normalmente le fastidia mucho pero en ese momento le hace ilusión. Los contenedores están junto delante del edificio de al lado. La habitación principal da a la calle. Se los imagina a ahí desnudos. Viven en el primero. Ve a uno de los guapos desnudo, de cintura para arriba, en el ordenador. Sólo le ve la espalda pero parece que está bastante bien. Luego éste chico se levanta. Sale al balcón a hablar con el móvil. Parece que va desnudo. David ve algo que se mueve entre sus piernas. Algo que el árabe se toca.
--¡tiene que ser los huevos¡
David está cachondísimo. No puede creer lo que está viendo. Se queda en frente del contenedor mirando la ventana. Lamenta que sea de noche y no vea bien. El árabe se mete en la vivienda y David se va a su casa cachondo. No tarda en masturbarse de nuevo pensando en lo que ha visto.

Al día siguiente, Soufiane se encuentra con Álvaro al salir de su casa. Álvaro lo mira con cara de depravado.
--Me debes un polvo.
Los dos se miran excitados.
--¿y eso? –Soufiane divertido.
A los dos les gusta provocarse. Álvaro es coqueto.
--Es que me tenías que haber elegido a mí…
--Es que sabía que me vendrías a buscar…
Los dos están muy calientes.

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