jueves, 25 de noviembre de 2010

capitulo 18



Antes de ir a clase, David pasa por la panadería a comprar el pan. Es una panadería árabe. Se compra un pan de sémola que preparan los marroquíes. Se lo está comiendo tranquilamente camino de su casa cuando encuentro a uno de los árabes que le encantan desde hace siempre, Abderrahim. No lo ve tan cara de drogado. Lo ve guapo. Seductor. Lo mira fijamente. El árabe le hace una especie de amago de saludo y se va. David queda muy revolucionado. A David le ha gustado mucho ver al chico.
--¡me gustaría tener sexo con ese guapísimo aunque fuera pagando¡
Llega a clase ya con ganas de árabes guapos. Se consuela con Fer. Pasa la mañana entre exámenes. La tarda como siempre le alegra la tarde. Se ha rapado pero no por la parte de arriba de la cabeza. Se le ven un poco los calzoncillos, blancos. Pasa por el lado de David, tiene el trasero de Soufiane al tocar de su mano. Se le ve aplastado pero le gusta. De camino a su ordenador, Soufiane saluda a varios amigos. Pasa por delante de Soufiane. El marroquí mira directamente a David y le dice algo en árabe que a David le suena bastante mal pero prefiere no darse por aludido Le ha sonado tipo maricón y con desprecio. A David le gusta mucho Soufiane y no quiere pensar que se refiere a él de una manera despectiva. Está sentado junto a Kamel. Comparten ordenador. Los dos amigos se la pasan muy bien. Se oyen sus risas en toda la sala.
--¡que juerga¡ --piensa David.
Soufiane se parte de risa.
David se ha quedado un poco cortado por la manera en la que Soufiane se ha “dirigido” a él y no se atreve a mirar mucho, tampoco lo ve desde el ordenador pero igual le gusta mucho.


Al llegar a su casa, David se encuentra a sus vecinos Said y Mohamed saliendo del portal. Los dos juntos.
--¡que guapos son¡ --dice David cachondo.
Soufiane le encanta pero sus dos vecinos no se quedan atrás. Said lleva unos pantalones cortos, una especie de bañador.
--vaya va llegando la primavera –piensa David que aún va abrigado pero le encanta que los guapos no se abriguen tanto.
Mohamed se mete la mano por dentro del pantalón, por la pierna. Se baja una funda negra.
--¿qué hace este? –piensa David.
A David le pone cachondo ver al guapo árabe metiéndose mano.
--¡es que con lo bueno que está ni él mismo se resiste¡ --dice David para sí divertido.
Mohamed va caminando mientras tiene la mano en el pantalón. Se aparta para que David pueda pasar por el medio de los dos hermanos que es algo que fascina al chico. David saluda aunque sólo mira a Mohamed y es éste quien le responde con amabilidad. Le sonríe mostrando los dientes.
--¡ojala me los pudiera follar a los dos¡ --piensa.
David se gira, Said lleva jeans pero no se le marca culo. A ninguno de los dos, igual son guapísimos.
--¡menuda pareja¡
David se excita imaginándoselos desnudos y a él en medio haciéndoles a ambos cosas ricas. Nunca los ha visto con una chica.
--¡ojalá sean gays¡
Le gustaría que su deseo se hiciera realidad. Se pone enfermo sólo de imaginárselo.



A la mañana siguiente, Fer sorprende a David con un regalo a la entrada del instituto.
--¿y eso?
Es un compact que le ha hecho personalizado. Las canciones favoritas de David y la portada una foto de ambos.
--¡felicidades¡
--No es mi cumple.
Fer sonríe seductor.
--hoy hace seis meses de la primera vez que nos acostamos juntos…
A David le sabe mal no haberse acordado.
--¿ya?
Fer sonríe cariñoso. No se lo toma a mal, sabe que es un desastre para las fechas.
--si, fue al principio de curso. No te me hiciste mucho de rogar, andabas de un necesitado –dice divertido.
David protesta:
--¡eras tú el que andas todo el día caliente detrás de mí¡
Fer sonríe mucho:
--pero yo siempre he tenido novio, acababa de romper con mi novio…
--si ese negrazo, nunca me dijiste si es cierto lo que dicen de los negros…
Fer se le ríe.
--como se nota que te pillé casi virgencito.
--¡yo ya lo había hecho antes¡ --defiende David.
--¡una vez¡ --Fer divertido.
--¡pero era mi primo¡ --dice David con orgullo.
--ni que eso fuera bueno, pervertido –Fer riendo.
Le da un golpe en el muslo:
--ven aquí, bésame para agradecerme ¿no?
Se besan. David se siente culpable.
-- … es que con lo de los aniversarios soy un desastre…
--ya tranquilo, esta tarde hacemos lo que yo quiera y listo…
David echará de menos a Soufiane pero no puede decir no.

Por otro, Soufiane pasa mucho tiempo en un gimnasio. Le gusta entrenar. Él está concentrado en sus ejercicios pero un poco más allá no puede evitar que se le vayan los ojos tras un guapo hombre. De veintitantos. Moreno. Muy guapo. La camiseta que es muy estrecha le hacen un torso muy apetecible. El hombre sonríe a Soufiane y le guiña el ojo. El árabe se sofoca. Le gusta mucho el hombre pero no quiere que se le haga fama de gay, no quiere que ese hombre piense que es un pervertido y que se dedica a espiar a los hombres. No sabe muy bien porque, Soufiane piensa en ese momento en David. Piensa con rabia. Y también se sofoca.
--¡yo no soy como él¡
El guapo del gimnasio, se va a los duchas.
--¡no, no puedo seguirlo¡
Soufiane quiere ir tras él pero no se quiere comportar de la misma manera que David, algo que le molesta pero pensar que ese hombre tan guapo está desnudándose y él no lo va a ver es algo que le vence.
--¡ya acabé¡ --se dice para justificarse.
Llega justo en el momento que el hombre está en slips. Se le ve un buen paquete. El moreno sonríe al bajarse el bóxers. Nota el deseo de Soufiane y le gusta. Soufiane tiene que hacer un esfuerzo para que no se note tan caliente. Él entra en el ducha en calzoncillos. Nervioso al estar al lado del moreno.
--Me llamo Antonio –dice el moreno extendiendo la mano.
--Soufiane
Antonio pone cara de ¿cómo? Pero no se lo hace repetir. Los dos desnudos, mojados. Se gustan mucho. No se sacan los ojos de encima mientras se secan, se viste.
--¿te vienes a mi casa? Vivo cerca.
Soufaine está ardiendo. Apenas hablan porque los dos están muy excitados. Llegan a casa de Antonio.
--ponte cómodo.
Antonio va a la nevera.
--¿qué quieres? Los moros no tomáis alcohol ¿no?…
--Yo hago lo que me da la gana…
Antonio sonríe. Agarra dos lates.
--¿te molesta que te digan moro?
--Me molestaría el tono…
--¿y mi tono?
--Me encanta…
Se miran frente a frente y se besan ardientemente. Antonio se agacha para chupársela a Soufiane que no esperaba tener tanta suerte.

















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